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miércoles, 13 de abril de 2011

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA JOSÉ SARAMAGO.

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA
JOSÉ SARAMAGO.

Carlos Mario Bolívar Vélez
Código 0980810069

En esta obra, el autor nos hace analizar el comportamiento del hombre en la estructura de la sociedad, en su formación y en la participación de nosotros mismos en su desarrollo o destrucción.
Es una obra de tal riqueza literaria y sociológica, que no es el autor quien va dando respuesta a sus propios interrogantes, sino que está construida para que sea el lector el que libremente se interrogue y genere sus respuestas. Estoy seguro que en cada lectura que realicemos tendremos la posibilidad de hacer análisis tan profundos que nos permite recorrer el comportamiento social del hombre, desde el inicio de su vida salvaje hasta la sociedad contemporánea, que a pesar de los avances tecnológicos y científicos parece que no sea  alejado mucho del salvajismo.
El hombre como ser individualista y egoísta, para poder vivir en sociedad tuvo que crear el pacto social, para que renunciando a unos derechos se crearan normas que le permitieran conservar otros.
La ceguera de la que nos habla Saramago es física, y lo hace utilizando la perdida de tal vez el mayor y más necesario de nuestros sentidos, para que salgamos del letargo dañino y lesivo de la ceguera moral y social.
El ensayo nos está cuestionando es nuestra falta de solidaridad, nuestra falta de capacidad de asombro, nuestra indiferencia incluso con nosotros mismos.
Alardeamos de nuestra sociedad, de sus avances científicos y tecnológicos , que han llevado al hombre incluso a incursionar en otros mundos, pero somos ciegos frente a nuestro entorno, no sabemos quién es nuestro vecino, compañero de trabajo o estudio, desconocemos a nuestro coequipero social, y aun más preocupante, desconocemos sus inconvenientes y alegrías, no nos interesa saber si ese ser que respira nuestro mismo aire y recibe el calor del mismo sol, ya pudo satisfacer sus necesidades mas mínimas para llevar una vida digna.
Nos otorgamos el derecho de hacer juicios incorrectos acerca de los demás, aun sin conocer suficientemente a una persona o situación, creamos juicios solamente incorrectos e injustificados, demostrando que somos tan individualistas y que solo nos importan nuestros propios problemas, que somos tan miopes de olvidarnos que hay un mundo lleno de gente, que como nosotros tiene problemas, y que a pesar de nuestra intolerancia vive, siente y sufre.
En una ciudad como la nuestra, los que hemos tenido la fortuna de no haber sido tocados por la violencia, la miseria, el desempleo y todas esas necesidades que afectan no solamente a los asociados que viven en los cordones de miseria que nos rodean, sino incluso a lo más granado de nuestra sociedad, sufrimos de la mas crónica ceguera e indiferencia, y consideramos que nunca pasaremos por situaciones como esas, pero sucesos inesperados como esos, a los que no somos inmunes, son los que mas drásticamente cambian la vida de una persona, haciéndonos reflexionar que la sociedad no es rutinaria y perfecta, y que en cualquier momento muchas cosas, buenas o malas, van a marcar nuestras vidas, hechos de los cuales tenemos qué  aprender y sobre todo a aprender a vivir en sociedad.
Hoy el pacto social no se está cumpliendo, el desprecio por la vida, nuestro mas valioso derecho, no esta siendo protegido por el Estado, se han perdido los valores, sea perdido la paz, las normas de conducta y la ley no hay quien las haga cumplir, las estadísticas muestran cifras escalofriantes de violaciones a los derechos humanos, la intolerancia se campea libremente por las calles, se nos ha olvidado que cada persona que conforma la sociedad es diferente,   tiene su propia ideología y comportamiento, y la regla de oro de una sociedad es el respeto por las ideas ajenas, con comprensión y tolerancia.
Esta ceguera social que afecta a todos los asociados, es aun mas severa en el Estado, que ha perdido su autoridad y capacidad de liderazgo, para imponer limites a la conducta desbordada de los que desconocen la libertad de los demás, un Estado incapaz de mantener el orden y la paz, de salvaguardar la vida y las libertades ciudadanas, que no ha podido satisfacer necesidades tan básicas como el trabajo, la salud, la educación y muchos más que impiden vivir con dignidad, hará que los ciudadanos pierdan la conciencia de lo que deben hacer, les hace perder sus valores morales  y el respeto por la autoridad.

La ceguera, pero no la física sino la moral y social, está conduciendo a la sociedad al caos, y si de sus propias entrañas no surgen lazarillos, lideres comprometidos, que sean capaces de cambiar la cultura social de los individuos, cambiando la indiferencia por la solidaridad, el irrespeto por la vida y las libertades por la comprensión y por la tolerancia, y el libertinaje por la disciplina y el respeto por la ley y el orden, regresaremos al caos y a la vida salvaje.

El llamado es que al igual que los personajes del ensayo, la ceguera de la sociedad Colombiana, con todas sus enseñanzas sea temporal,  y de ella surja una sociedad nueva, donde la armonía, la solidaridad y la convivencia de unos con otros y no consigo mismos sea la luz que retorne la visión a los ciegos. Y como lo expresa Saramago: "No somos inmortales, no podemos escapar a la muerte, pero al menos deberíamos no ser ciegos".

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